miércoles, 23 de octubre de 2013

La llamé porque quería...




Anoche hice algo que a todas luces es una tontera del porte de Brasil, llamé a mi ex. (suspiro teatral), ya, ya...lo acepto, búrlense todo lo que quieran...
 
Todo sucedió de esta forma, estoy haciendo un diplomado, hace unas semanas me tomaron el examen final de uno de los módulos y me saqué un 6.7, estaba muy molesta porque mientras lo rendí, una persona se dedicó a hablar, interrumpió y me sentí perjudicada, pero cuando me entregaron la nota me pregunté...Y qué hago con este enojo, si en realidad sé que es una buena calificación, pero yo quería más. Claramente podría haber sido mejor y fue ahí que no pude resistirme a la tentación de marcar esos 8 números que me separan de la voz que más amo sobre la faz de la tierra, su voz.
Intenté explicarme en mi cabecita que lo único que me movía a llamarla era que sabía a ciencia cierta que era la única persona que entendería mi frustración, ella comparte conmigo el gusto por la perfección académica, pero muy en el fondo, yo sabía que quería oírla, solo por el simple placer de volver a escuchar un hola, cómo estás...suena patético, pero la verdad, me importa bien poco, hace mucho rato que no me salía de madre. La conversación fue agradable, nos dejamos llevar por las preguntas de rigor, cómo estás, pasa algo, necesitas algo...en fin, afortunadamente la respuesta fue muy simple de pronunciar, la verdad, no pasa nada, no necesito ni medio, solo quería hablar contigo y que me dijeras que efectivamente entiendes mi frustración...la respuesta fue una sonrisa, rayos!!!, pude imaginar su sonrisa, luego un silencio y al siguiente momento me regaló ese..."claro que te entiendo, sabes que yo estaría igual de molesta", de ahí en adelante la conversación se paseó de un lado a otro, el tiempo se detuvo y a la vez se dio un gran salto, ya era tarde y la amenaza de una alarma en el celular que sonaría en un par de horas me hizo decir adiós.
Qué sentí al despertar..., paz, esa paz que solo se alcanza cuando sabes que a pesar de que una parte de ti sabe que jugaste muy mal tus cartas de la sanación de esa herida que a ratos sangra, por otro lado sabes que era lo correcto para ti y tus circunstancias. No me aproveché del momento, tampoco me volví loca tratando de volver a iniciar una conversación, de hecho no tuve mucho tiempo para detenerme a pensar en si quería o no volver a hablar con ella, solo sé que quedé tranquila, hablamos y ese era mi objetivo de la noche, que sin querer se planteó al amparo de una frustración académica que a todas luces se ve como el capricho de una maniática del estudio.

(imagen desde http://o0hana0o.wordpress.com/2012/10/07/relaciones-a-distancia/)

No hay comentarios:

Publicar un comentario