miércoles, 28 de mayo de 2014

Cada nueva primera vez...



Hace unos días iba camino a mi trabajo, para variar tarde, y eso que mi horario de entrada es a la una, se supone que es imposible que llegue tarde, pero en fin...supongo que le pongo suspenso a mi llegada...Bueno, retomando, iba a mi pega, tarde, con la mirada perdida, sin poner atención a nada en especial, hasta que un beso llamó mi atención...claro, era entre dos chicas que en plena Gran Avenida se despedían o quizá se encontraban en una esquina y sin más se me vino a la mente la imagen de mi primer beso con una mujer...y detrás de esa imagen, siguió mi siguiente primer beso y el otro y el otro...jajaja, para mi (mala) suerte la lista no es tan larga como yo quisiera...(imaginen mi cara de ángel en este minuto...jojojo)...

Mi primer primer beso es el que recuerdo con cariño, casi como si fuera una memoria de infancia, heroico como mis historias de niña, que me hacen creer a ratos que solo se trata de algo que pasó en mi imaginación...

30 de noviembre de un año cualquiera, llevábamos saliendo casi un mes, nos paseábamos por Santiago, recorríamos cada parque que la ciudad nos ofrecía y a pesar de las oportunidades que teníamos, no nos atrevíamos a decirnos que nos gustábamos, que par de ingenuas pretender que lo de nosotras era una simple amistad, si yo desde que la vi no pude dejar de pensar en ella. El día en cuestión inició con una larga caminata, recuerdo que hacía mucho calor y ella de impecable negro se paseaba como un alma en pena por esas calles solitarias y yo con mis colores era su antónimo perfecto. Caminamos hacia el Paseo Bulnes, como siempre nos esperaba una banca, una pileta y extrañamente un mendigo que nos observaba, cada palabra que nos decíamos era una invitación a declarar nuestro incipiente amor, todo disfrazado de coqueteo, de risas, de caricias, de público, era una banca que nos exponía y a la vez nos encerraba en un embrujo donde la gente desaparecía, yo solo escuchaba su voz y me perdía en ella. En un momento me recosté en la banca, me acerqué a su cuello, lo mordí, ella sonrió, era un juego que hace días peligrosamente, como artistas del trapecio, jugábamos en las nubes, muchas veces ella ya había hecho lo mismo en mi piel, marcando sus labios en mi propio cuello, invitándome a desearla como jamás había experimentado en toda mi vida, apoyada en sus piernas estaba mi cabeza, y sin pensarlo le supliqué que me besara, yo temblaba, ella sonreía y se negaba, pero sus ojos me decían que lo deseaba tanto como yo. Cuando descubrí lo suave que pueden ser los labios de una mujer, segura estoy que ese día cambió mi vida...

20 de noviembre de un año inolvidable...fue la primera vez que la vi...y me enamoré, la única vez que me he enamorado tan profundo que cuando terminó descubrí que el amor dulce como la ambrosía se transforma en hiel...

Habíamos paseado todo el día, hice de todo para llamar su atención, recuerdo que ella tomó mi mano al cruzar la calle y sentí que el mundo daba vuelta a mi alrededor, luego para que lo repitiera, hice equilibrio a lo largo de una línea marcada en el camino, ella tomó mi mano para que yo no cayera, era maravilloso sentir su calor...Ese día le dije que me gustaba, que me sentía vulnerable frente a ella, mi corazón palpitaba a mil por horas y frente a todo pronóstico, se acercó a mi, me abrazó y puso su rostro en mi cuello, era tan íntimo, tan agradable, ese día se fijó en mi memoria su aroma, ella era vulnerable y se refugio en mi para decirme que yo también le gustaba. El día se nos acababa, nuestras manos se enlazaron, pero no nos atrevíamos a cruzar la barrera, eramos presas de nuestras palabras, de habernos juramentado que nosotras no eramos de las chicas que besan en la primera salida, nos habíamos llenado de prejuicios y reglas que a las 21:10 de la noche se esfumaron, en el preciso momento en que rompimos el abrazo que nos había tenido encerradas en una burbuja en donde solo podíamos oír como nuestros corazones palpitaban tan fuertes que todo lo que nos rodeaba desaparecía...yo no quería que se fuera y ella parecía que se había fundido con mi piel...21:10 de la noche, tic, tac...tic...tac... veo aparecer un bus que marcaba su regreso, una angustia se apodera de mi, recuerdo perfecto que le dije..."Yo no beso en la primera cita..."  y ella me miró sonriendo y dice..."ya te dije que yo tampoco"...sin dejar que terminara la frase...la besé...y cayeron nuestras murallas...ese beso fue tan intenso, tan deseado, que sentí como mi cuerpo se hacia pequeño para poder contener todas las emociones que estaban a punto de desbordarme, fue un beso tierno, ardiente, paciente, fugaz...fue un beso que marcó mi vida...fue el beso que me convirtió en adicta a una mujer...

No soy de besos al pasar, los valoro demasiado como para regalarlos a cualquiera, los siento, disfruto, me vinculan, son historia, me marcan, me encantan...

Pasaron casi 7 años desde la primera vez que hablamos, para mi suerte, ella me gustaba mucho, pero siempre que nos encontrábamos yo estaba en pareja, por lo tanto me podía atraer demasiado, pero si algo sé distinguir es entre el gusto y el cariño y con mayor fuerza lo distingo del amor, por lo tanto la atracción jamás ha sido para mi un elemento que me haga si quiera dudar en lo que siento por la persona con la que tengo una relación y como hasta hoy (una nunca sabe lo que puede pasar en el futuro), nunca he engañado a una polola, simplemente cuando la vida me volvía a encontrar con esta mujer, yo la veía desde la vereda contraria, sin acercarme lo suficiente como para quemarme. Pero ella era especial, creo que fue la primera mujer que despertó el deseo en mi, era su voz, su "ahá" que me trastornaba, ella me provocaba, sabe lo que me hace sentir, juega con eso, se divierte...pasaron 7 años y en uno de esos días en que todo daba vuelta, yo estaba sola, por fin sola, dolorosamente sola y la vi aparecer, extrañamente estaba en el lugar menos pensado, con las personas menos indicadas, en un día impensado, y yo estaba ahí y ella apareció, pasó por mi lado, me sonrío, sin más me abrazó y a mi oído me dice...por qué me borraste de tu facebook, sonreí, respondí, aunque apuesto la vida a que no me oyó, sin decir nada más, se fue tranquila, como si yo ya no hubiese esperado tanto tiempo. Me quedé un tanto desconcertada, era extraño verla, y más extraño era haberla dejado ir, sin acercarme, sin decirle nada más que una tonta respuesta a una tonta pregunta...otra vez la dejaba pasar mirando desde la vereda de enfrente. Me concentré en la gente, en la música, hasta que mis pensamientos se fueron a otra dimensión y cuando más lejos estaba, caminando por otro mundo, aparece frente a mi y de sorpresa me dice..."Creo que ha pasado mucho tiempo..." y me besó...y cerró un capítulo de 7 años que no se abrirá jamás. 

Imagen desde:http://kilossdeamor.blogspot.com/2014/01/primer-beso.html