domingo, 24 de noviembre de 2013

Amores



Amores fugaces, eternos, de media tarde, en el verano, a ratos en invierno, pero que románticos son los de otoño, en vivo, presentadas por amigos, conocidas a través de un aviso en alguna página de internet, o quizás lograste esa química a través de un chat. El amor, un sin sentido con mucha lógica, que nos desarma, nos enloquece, nos hace embriagarnos en nuestros propios sentimientos. Lo damos todo, negamos nuestro tiempo a los demás y nos consagramos en cuerpo y alma a ese par de ojos y a esa voz musical que a través de un teléfono nos responde con un "Hola Amor"...
Amor entre mujeres, intenso, pasional, caótico, con temor y muy valiente, alocado, temerario, angustiante, danzante, paz, plenitud en un abrazo, se detiene el tiempo en una mirada, aromas que cautivan, pasiones que desbordan, música para nuestros oídos.

Odio entre mujeres, se acaba el amor, nos desconocemos, nos traicionamos, nos apenamos, pero muy en el fondo nos extrañamos..

imagen desde: http://twicsy.com/i/2v83id

Cuentito...(un paréntesis)

 
 Ayer tuve una conversación en la que me ofrecí a ser la intermediaria entre una máquina de coser que se había tirado a huelga y su dueña. Le estuve dando vuelta al asunto, la verdad no sabía por dónde partir, la dueña de la máquina me comentaba que sin más dejó de coser, no tenía muchos detalles, entonces me fui a la fuente, bajé al primer piso, busqué por unos minutos hasta que di con una caja de cartón bastante bien cuidada, con delicadeza la abrí y saqué de su interior el último regalo de navidad hecho a mi madre, una flamante máquina de coser y me lancé al mundo de las preguntas. Me costó al principio que me respondiera, creo que por la hora estaba un tanto dormida, la saludé y como no me recordaba (la última vez que me vio fue hace un par de meses cuando pedí que me arreglaran un pantalón), se asustó y molesta me preguntó quién era yo, una vez terminadas las presentaciones accedió a ayudarme. La conversación fluyó lenta al principio, por lo menos para mis fines, ya que sin que yo pudiera hacer nada para detenerla, comenzó a contarme lo mucho que le gustaba estar en mi casa, se sentía segura, mi madre al parecer la trata bien, aunque me confidenció que la considera un poco torpe, yo la miré con cara de desaprobación, pero luego agregó que era simplemente cosa de practicar, por otro lado me relató algunos recuerdos de sus viajes, desde su país de origen hasta que llegó por medio de un largo viaje en mar hasta el puerto de Valparaíso, de ahí a una bodega oscura hasta que la trasladaron a la sala de un mall, de ahí fue un tanto triste escuchar que en ese lugar no se sentía bien, al parecer las máquinas de coser son un tanto sentimentales, ya que me decía que le daba mucha pena cuando otra era la elegida y ella tenía que seguir esperando. Se iluminó por completo cuando recordó el día en que fue recibida en casa, al parecer se fijó en muchos detalles, ya que recordaba a la perfección el brillo en los ojos de mi madre y su cara de sorpresa, se sintió amada desde el primer día. En un intento de encausar nuestra conversación hacia mis intereses le pregunté qué lleva a una máquina de coser a tirarse a huelga y luego de pensar un rato me respondió que una vez, cuando estaba en mitad de camino por mar, había escuchado leyendas que decía que los humanos a los que estaban destinadas las tratarían como meros objetos, de los cuales se esperaban que produjeran sin causar problemas, los modelos más antiguos relataban que muchas veces pasaban años sin que se les hiciera una mantención o recambio de piezas a sus hermanas que habían iniciado el viaje con anterioridad y en un afán de abaratar costos, usaban materiales de muy mala calidad y las dañaban. Me dio algo de pena, ya que yo más de alguna vez he tratado de tonto a mi computador cuando se pega, en especial esos días en que estoy más apurada, pero hace rato que no le hago una limpieza con el antivirus, quizás a las máquinas de coser les pasa lo mismo.
Intenté hacerle más preguntas, pero al parecer era demasiado joven para tener las respuestas, solo se limitaba a decir, "yo una vez escuché que mientras más veces los dueños de las máquinas les exijan realizar su trabajo sin entregarles un poco de agradecimiento, en algún momento nos revelaremos"...quizás era un tanto anarquista o solo estaba cansada, quien sabe. Al rato, me pidió que la volviera a poner en su caja, que la arropara con la funda que le ayudó a hacer a mi madre y la dejara dormir, antes, me pidió que le recomendara a la máquina en huelga que le hablara fuerte y claro a su dueña y le dijera, "a ratos me canso, trátame bien, cuídame y yo te cuidaré a ti, mira que yo sin ti no cumplo mi destino y tu sin mi no realizas tu trabajo". Luego, se acomodó y se quedó profundamente dormida.
 
La verdad no sé qué le voy a decir a esta chica, quizás sería una buena idea llevar a su máquina a un SPA de máquinas de coser, existirá alguno???
 
Lo que es yo, ahora me fui derechito a mi computador, escribí este cuentito y ahora me prepararé para hacerle su mantención, mira que si es verdad lo que me contaron, en cualquier momento se revelará y yo la verdad no quiero eso, ha sido un buen amigo en todo este tiempo que ha estado junto a mi.

Imagen desde: http://www.ahb.es/senaletica/senaletica_prohibicion/1/ficha457.htm