Hoy por casualidad me encontré con mi amiga Margarita, no estaba previsto verla, menos detenernos a conversar, pero cuando las cosas tienen que pasar, más vale dejar que sucedan...
Al ver a Margarita me alegré, hace rato que no coincidíamos, pero una vez que la miré bien, el tradicional saludo y el consabido "cómo estás???" tomó un sentido más profundo, claramente algo pasaba. Me miró y luego de dejarse llevar por la tranquilidad de la complicidad que nos une, me contó su historia...
Hace un tiempo había iniciado una relación con una chica que al parecer era todo lo que ella necesitaba, la mimaba, se preocupaba por ella, se acomodó a las rutinas de mi amiga y ella se acomodó a las de esta chica, nada fuera de lo común como lo clásico que se da en el inicio de una historia que pintaba para el amor...Pasaron los meses y las cosas seguían igual de buenas pero había un solo detalle que no se acomodaba a la perfección de la historia...extrañamente cuando no se veían, Margarita no la podía llamar, Alejandra (así se llama la chica en cuestión), le decía que su familia no sabía que ella era lesbiana y que como se le notaba que estaba muy enamorada de ella, era mejor no arriesgarse a que la descubrieran. Le dije a Margarita...Amiga, no tengo idea cómo va a terminar tu historia...pero Rayos, no me gusta ese pequeño detalle. Mi intuición...y creo que la de todos los que hemos escuchado esta historia o la lean en este blog, estaba en lo correcto, detrás de tan peculiar petición existía una verdad que dolía y que anoche mi amiga descubrió. Alejandra en realidad estaba en otra relación, al parecer de muchos años y con la crisis propia que trae la rutina, buscó nuevos aires en su vida, esos aires en este caso tuvo nombre de flor, mi amiga cayó como todas nosotras rendidas a unas lindas palabras...y anoche de la peor manera lo descubrió. Una llamada a las 23:43 le desarmó su mundo, era la polola de su polola que la llamaba para decirle que no siguiera perdiendo su tiempo, que esta chica no la dejaría por ella y que ya estaba resignada a que las cosas estaban de ese modo, al rato recibió una llamada de Alejandra que le decía..."Lo siento...no fue mi intención lastimarte"... Wow, me quedé en silencio, solo fui capaz de abrazarla, me di cuenta que el calor que sentía cuando la vi ya había pasado, nos encontró la noche en una plaza que se tornaba fría, con una muchacha que no tiene ganas de sonreír porque las fuerzas se las ha llevado cada una de sus lágrimas y con otra que se confunde ante la mentira que tan a flor de piel ha dañado a una amiga...y que la lleva a sus propios recuerdos que estando enterrados, de todas maneras a veces alteran sus sentidos y provocan ese escalofrío que solo una mentira puede generar.
Las preguntas que más me repitió fue...Amiga, por qué no me lo dijo???...Acaso yo no tenía derecho a saberlo???...No podía yo elegir ser solo una aventura en su vida???. Suspiré profundo, la miré y le dije...Algunas personas no sirven para una aventura...Y sí, creo que tenías derecho a elegir, yo quisiera tener esa oportunidad, al igual que tú.
Tengo rabia porque Margarita es de las personas más dulce que conoceré, de esas chicas que ves a través de sus ojos y rayos!!!, se ven cosas lindas, no entiendo el motivo que tuvo Alejandra, me suena a egoísta, pero en realidad no la conozco, ella es otra que debe estar dando una pelea dentro de su cabecita y corazón...en realidad eso espero.
Acabo de dejar a mi amiga, ella necesita del silencio, se está enfrentando a sus propios demonios, es una lucha de esas que no importa el resultado, en realidad no la ganas. Al irme, caminé por una calle que extrañamente estaba más oscura de lo que yo la recordaba.
Imagen desde:http://www.taringa.net/posts/info/18099118/La-ciencia-de-la-mentira.html