miércoles, 1 de octubre de 2014

AVP...más que un derecho...




Leí en el periódico que el día de hoy se tenía que votar la ley de AVP y que se retrasó para mañana...al parecer es un tema del que debería estar al tanto y la verdad, no tengo ni idea de lo que se trata o mejor dicho, no tenía idea hasta que después de buscar me encontré con una página que lo explicaba con lujo de detalles. 

Estuve pensando en que si era prudente escribir sobre el AVP, pero en realidad no tengo ganas de hablar de la teoría, en lugar de eso, no puedo negar que a medida que leía, retrocedí en el tiempo y volví a experimentar esas sensaciones que solo se dan cuando estás en pareja y que se relacionan con la aplicación en vivo de esta ley y me dieron ganas de contarlo...

Hace años atrás tuve una polola a la que adoré, una muchacha preciosa que tenía una historia familiar muy particular, ella vivía con sus padrinos que no eran consaguíneos con ella y por lo tanto sus hermanas no lo eran en el ámbito legal, a eso sumen que su madre era (espero que ya no lo sea) una mujer bastante detestable. Un día estábamos viendo una película, que asumo todas hemos visto, SI LAS PAREDES HABLASEN 2, imagino que su nombre en inglés es más conocido. Bueno, la película en cuestión nos conmovió con la historia de las dos mujeres que viven juntas toda una vida y una de ellas muere, sin poder ser visitada en el hospital por la que fue su amor de vida, la cual, además fue despojada de su sagrado derecho a sentir pena públicamente, de ser consolada por la perdida de la mujer que amaba y no solo de esa amiga que aparentaban ser. Recuerdo que me sentí tan mal, me dolió la guata, tomé la mano de mi polola, la abracé muy fuerte y le dije..."Yo no quiero que nos pase eso"...No sé si alguna vez experimentaron la frustración de que la mujer que amas esté en un hospital sin tener la autorización para verla, además de una madre que te detesta, por lo tanto no te hace las cosas fáciles...y con una familia que en definitiva no tenía las facultades legales para autorizarte a entrar a acompañar, consolar, cuidar, amar a quien en ese momento le entregarías tu vida con tal de que no sienta dolor...En ese abrazo imaginé la situación que relato, afortunadamente para mi, no me vi en la necesidad de visitarla en un hospital...a la que atropellaron fue a mi, ella fue la que me tuvo que ir a ver, en este caso mi familia si facilitó las cosas...pero a mi amiga, en ese momento aun no les contaba que ella era mi polola. 

Cuando pasa el tiempo y coleccionamos historias fallidas pero que nos llenan de gratos recuerdos y nos preparan para la persona correcta en el momento indicado, creo que vuelven a aparecer los miedos a no poder estar con esa persona en esos momentos en los que darías lo que fuera por estar un segundo, me aterra pensar que por falta de una discusión elevada con respecto a una situación que es real, que nos preocupa, que nos duele, al final nos priven de un derecho que es propio de la persona, que es entregar amor a quien amamos en el momento en que más nos necesita.

Podría hablar del tema de la herencia, el patrimonio, los derechos civiles de las parejas, la carga familiar, etc, etc, etc, pero quiero que mi reflexión vaya a ese punto que nos transforma en seres especiales y tiene que ver con el amor, no me importa que me digan que soy una romántica empedernida, al final lo soy y me encanta, pero rayos!!!...quiero que no existan murallas que nos compliquen el camino, esto es importante, cuando encuentre a la mujer de mi vida, quiero tener el derecho a acompañar en momentos en que me necesiten, quiero ser acompañada en una fría sala de hospital, justo en ese instante en donde me aterra pensar que en minutos entraré a un pabellón y me quiero ir con la imagen del rostro de la mujer que amo, quiero poder despertar justo cuando ella tome mi mano, quiero que ella pueda decidir, en caso que muera, que en mi funeral hayan muchas rosas azules, quiero que nadie le diga que no puede seguir viviendo en la casa en donde construimos con mucho esfuerzo nuestro amor y lo transformamos en hogar, quiero que se pueda quedar con la mascota que consideramos que era nuestro hijo y en caso de tener hijos, quiero que se quede con su madre en caso que yo falte, ya que nadie en el mundo va a amar tanto a mi hijo, como su propia madre, en fin, podría pasar la noche escribiendo las cosas que quiero que pasen en caso que ella o yo faltemos, quiero vivir mi vida en la más completa tranquilidad de compartir los mismos derechos. Saben, acá no se trata de querer conseguir un deseo antojadiso, de hecho ni idea tengo si yo voy a estar de acuerdo con el AVP como lo plantean, y de hecho, yo no estoy de acuerdo con el matrimonio homosexual así tan de buenas a primeras, que sabemos es otra cosa diferente al AVP, creo que nos falta harto como sociedad, pero eso da lo mismo, da lo mismo si estamos todos de acuerdo con algo puntual, en lo que si debemos estar de acuerdo es en que independiente de si lo usamos o no, si conviviremos o no, en que si nos casaríamos o no, que si estamos a favor o no, de acuerdo o no, el punto es que si se me da mi real gana, el derecho a hacerlo debería estar asegurado, si al final, somos adultos y hace rato que me cansé que otros me digan qué puedo hacer y a quien debo amar. 

Una vez una persona que creía me defendía dijo..."Yo no sé por qué se complican tanto, si al final a la única que le importa con quien se acuesta es a ella". Respiré profundo, medité la respuesta y por fin dije..."Cuando dejen de pensar que nosotras las lesbianas y los gays solo nos definimos en el hecho que tenemos relaciones sexuales con personas del mismo sexo y se den cuenta que esto tiene que ver con sentimiento, con que sonrío cuando la veo, que sufro si se va y que me proyecto en el futuro ya que quiero una familia como cualquier persona, la discusión se va a elevar a un plano en el que yo voy a tener la categoría de persona...Sí, persona, como cualquier otra que respira, siente y sueña de la misma forma en como lo haces tu o yo.