Es raro eso del extrañar...sentir que algo le falta al día, quizá una llamada, una mirada, una sonrisa y el solo hecho de que algo falte ya lo cambia todo por completo. Hasta hace un tiempo atrás mi extrañar era enfadado, se extrañaba lo que no se podía tener y la verdad con el tiempo cuando uno mira atrás, pues se entra en vereda y se asume que extrañar de esa manera es una perdida de tiempo, es quedarse pegada en el recuerdo de lo que ya no fue y se idealiza la falsa silueta del recuerdo a distancia, solo se ve lo que la cabecita elige por caprichosa (vieran mi cara en este momento...es algo así como una mueca dibujada de...ufff...tanto tiempo perdido). Pero ahora mi extrañar es diferente...(acá sonrío...se me viene un buen recuerdo a la memoria e imagino unos bellos ojos) y fue presentando sus cambios (el extrañar), ha ido mutando o más bien creciendo dentro de mí y es justamente ese sentimiento de que algo le faltaba al día lo que me hizo pensar en que era el momento de dejar de extrañar y comenzar a "estar"...(creo la mejor decisión que he tomado en años..."comenzar a estar")
En el extrañar, pero de forma sana, se va construyendo un vínculo, he descubierto a mis 34 años que el extrañar y querer estar de forma constante y a la vez dejar los espacios para que la otra persona esté lejos son situaciones absolutamente compatibles (Hey!...si nadie nace sabiendo y una que es medio porfiada...me demoré pero ya lo aprendí), y creo que de alguna forma mi teoría del gato en la caja es absolutamente cierta (acá les sugiero harta imaginación)...en la medida que tengo un gato encerrado en una caja, a la primera oportunidad de apertura, el gato escapará y no sabré nada más de él (lo sé ya que mi padre cuando yo era una niña llevó un gato de esa manera a casa y al pobre le vi solo la sombra cuando abrieron la caja...fue la mascota que menos tiempo duró en mi casa, pero me dejó una gran lección que hoy puedo aplicar a mi vida personal), en cambio, si dejo al gato libre, lo más probable es que en sus aventuras lejos de mí va a recordar que tiene un hogar, me extrañará y volverá (aunque sospecho que será por alimento, pero aspiro que luego nos una un gran cariño...funcionó perfecto con mi gata), pues lo mismo aplica con las relaciones de pareja (acá soy toda madurez...jajajaja), mientras más libertad tenemos ambas, mayores posibilidades hay de generar espacios que se quieran compartir, se vivirán experiencias por separado que contribuirán a que la pareja tenga temas de conversación y se dará esa lejanía (sin exagerar por favor), que se llena de añoranza (es rico esperar el momento en que se ve a la amada y solamente piensas en ese abrazo largo, calentito y silencioso) y el reencuentro estará marcado por el deseo de querer estar ahí y no querer marcharte...(me he sentido tan cómoda, que hasta el tiempo desaparece). Lo anterior no significa que me la viva pasando largas temporadas alejada de la persona que amo, pero si de recordar de forma constante que en la medida que nuestros mundos personales se enriquezcan con experiencias individuales, nuestra experiencia en pareja se verá fortalecida.(esto aplica para que ambas tengan tiempos con las familias, con las amigas, con los compañeros de trabajo...con la soledad, pucha que es rico estar momentos a solas). Bueno, no llegué a lo anterior sin antes pasar por la etapa de la posesión, ya sea la que ejercía como la que ejercían sobre mí...(nuevamente se inunda mi cabeza de recuerdos de cosas que hice en el pasado que solo se explican por la necesidad de aprender la lección y la falta de madurez de los años pasados...me siento orgullosa de cada experiencia que he vivido, hoy me siento más plena y feliz, puedo decir que siento que aprendí esa lección y de alguna manera agradezco a mis maestras) y luego de años de malas prácticas justificadas en el amor (muchas cosas se justifican en el amor mal entendido), en mi periodo de soledad encontré la luz y espero sea la correcta y no solo el encandilamiento inicial de la ilusión que se gesta en mi interior cada vez que pienso en aquella mujer que por hoy extraño tanto como si me faltara lo mejor del día.
Disfruta tu viaje...y cuando regreses ven cargada de buenas historias, llena de colores tu relato y hazme imaginar cada lugar que viste, invítame a volar un rato en la palabra y que mi imaginación me lleve a los parajes que viste y experimentaste y quédate a mi lado el tiempo que necesites, luego, ve por más aventuras, ya que ten por seguro que yo iré por las mías y te regalaré lo mejor de mis experiencias y si la vida es generosa y esta semillita crece en nosotras, busquemos las oportunidades de tener nuestro tiempo, nuestros recuerdos, nuestros viajes y así en cada despedida sintamos la añoranza del regreso y en cada momento juntas compartamos lo mejor que nos da la vida...
Te extraño...y por extrañarte te busqué la primera vez...
Imagen desde: http://www.schnauzi.com/estudio-rebela-por-que-a-los-gatos-les-gustan-las-cajas-de-carton/
bravo
ResponderEliminarMe hace mucho sentido eso del momento vivido en soledad, muy cierto. Un gusto leerte, como siempre.
ResponderEliminarhermosa historia de amor entre seres humanos y animales que nos dejan una gran lecciòn
ResponderEliminarPequeña saltarina ,así como tus palabras van sin una cara dibujada, van mis palabras como la invitación de oler tu blog, hay tanto por qué aprender y experimentar que en ello muchas veces se nos va el tiempo , en búsqueda de ese otro ser ajeno a nosotras al tiempo y su destino, cuando leo de ti, veo trasparencia , ingenuidad donde descubro a una mujer niña , que con su dulce esperanza de encontrar al ser amado a experimentado en sus años ,muchos amores correspondidos como pasajeros , es una transición constante donde algún momento esa pequeña abrirá sus brazos para abrazar del alma , así en el sinuoso camino de la vida los deseos de algo infinito , un abrazo pequeña saltarina , que la vida te sonría mientras tú felino duerme a tu lado te regalo una sonrisa en la distancia y otra buena añoranza para tu destino .
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