domingo, 6 de diciembre de 2015

Solamente Tú...




Hoy escuché la canción Solamente Tú de Pablo Alborán, tengo que confesar que hace ya varios años que había evitado escucharla, si me la topaba en la radio la cambiaba, si alguien la cantaba me ponía mis audífonos y seguía caminando lo más derecha posible, con la mirada perdida e intentando alejar la melodía de mi cabeza y de mi corazón, (por lo general una lágrima se asomaba), detestaba cuando me subía a la micro y el chófer subía el volumen justo en la peor de sus frases...dicha canción pasó de ser la más bella del mundo a ser simplemente ..."Esa canción de mierda"...Hoy a diferencia de la mayor parte de estos ya casi 4 años, la escuché y cuando me sorprendí tarareándola, me reí, juro que no me di cuenta cuando el estribillo pegajoso se escapaba de mis labios y entendí que ya ni siquiera la recordaba del todo, claramente ya había salido de mí. 

Cuando me puse a pensar en los últimos 4 años me di cuenta que la vida ha pasado demasiado rápido, ya escucho las canciones de la lista negra, uso esa ropa que en algún minuto fueron un regalo y que me negué a eliminar pero que de una forma inconsciente dejé de usar, retomé los paseos por Santiago, recuperando los espacios que había cedido al recuerdo y que me despojaban del disfrute de lo propio, en fin, de a poco he vuelto a la normalidad después de una rotura de alma, pero descubrí algo, en todo este tiempo no he vuelto a tener una relación larga y en las que me involucré siempre me las ingenié para que no resultaran y hoy que me siento plena conmigo y me encantaría conocer a alguien, me siento torpe, como niña de 15 años que no sabe cómo acercarse a otra mujer, tanto me esforcé por alejarme que hoy no sé cómo conectar con el mundo real...

No sé si esto les suena familiar, pero desde que me asumí lesbiana nunca he pasado una larga temporada soltera, entre una y otra relación no pasaba mucho tiempo, razón por la cual sospecho que no aprendí a vivir duelos amorosos, pero tampoco tuve la necesidad de aprender a relacionarme con la soledad y la vuelta a la conexión con otra mujer y saben a los 34 años la soledad se ha transformado en una buena amiga que se ha tomado mis espacios y al parecer es celosa de ellos. 

Los tiempos no me han acompañado, tiendo a trabajar más de lo recomendado, sé que fue un mecanismo de defensa inicial, pero se transformó en rutina y hoy me esfuerzo por romper con ella, tampoco frecuento lugares donde se de la oportunidad de conocer chicas, pero saben, hasta ahora me doy cuenta que me niego a buscar, me he negado a andar como desesperada por la vida buscando a mi media naranja (en realidad no quiero mitades), quizá porque tengo la ilusión de la sorpresa, no sé, mirarla en el metro y descubrirla en el mar de gente...pero de inmediato pienso..."Sabes que así no pasará, te mueres de miedo que una mujer te guste y no sepas cómo acercarte, menos si tienes más probabilidades de que sea heterosexual", (aunque tampoco puedo negar que hace rato que derribé el mito de que somos minoría...en fin, ese es otro tema...)...

Hay días en que fantaseo con estar en pareja, me veo riendo y disfrutando de un abrazo, tengo claro que la mujer de mis sueños no tiene rostro, tampoco defectos ni virtudes, menos aroma, pero rayos que es rico sentir al pasar el aroma de un perfume y no puedo negar que mis sentidos se disparan. A veces he despertado con la sensación de que en mi cama hay un espacio vacío...

Si me preguntan, estos 4 años la pasé muy mal y a la vez fue la oportunidad de aprender a quererme, hoy me caigo bien, disfruto de la soledad y de escuchar mi voz interior, me he vuelto una mujer muy independiente, he viajado absolutamente sola desafiándome al silencio y a la necesidad de escuchar el ritmo de las ciudades y pueblos que he conocido, disfruto de un libro y de las vibraciones de sus personajes, me he atrevido a ir al cine sola y gozar del séptimo arte, voy a exposiciones, museos descubriendo formas y colores, me he regalado largos paseos por los parques que antes no tenían sentido si no los visitaba en compañía de la amada y entre muchas cosas descubrí como me gustan los huevos (revueltos con un toque de orégano), también sé que amo la coca cola zero, que puedo viajar en avión sin temer, que el sur es la opción preferida de mis vacaciones, que hago dietas y las sufro pero que debo cuidar mi salud, que puedo combinar los colores de mi ropa y que no hay nada mejor que mis zapatillas converse, pero que camino perfecto en diez centímetros de taco. Estudié muchas cosas, terminé un diplomado, crecí en lo personal y profesional, cuidé de mis amistades que se transformaron en verdaderas familias, me convertí en una mejor hermana y en una enamorada tía, disfruto a mis padres de una manera diferente, de a poco se transforman en una mezcla entre adultos con comportamientos de niños y en lugar de que sea una carga, siento que son la oportunidad de entregar el amor que llevo dentro, pero no puedo negar que desde hace un tiempo que me pregunto...y qué pasaría si conociera a alguien, porque sé que hay un tipo de amor que solamente puede ser compartido con esa persona especial, que ya no llena espacios vacíos, por el contrario complementa con su mundo la riqueza del mío y viceversa. 

Me encantaría volver a compartir canciones, pero por ahora me dedico a trabajar en el soundtrack de mi vida...ya veremos con qué me sorprende el universo, ya que a pesar de mi torpeza, miedos, formas y modos, soy una romántica empedernida...





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