Cuando veo a los secundarios peleando por un ingreso más justo a la educación superior, me doy cuenta que de superior no tiene nada, es discriminadora, basada en un sistema educativo precario, desigual, injusto.
Yo soy de esas personas que cree en el esfuerzo y el mérito para alcanzar los objetivos que uno se fije, no estoy a favor de regalarle todo a la gente, pero que no se confunda, creo en el esfuerzo personal, pero vivo en un país de oportunidades y privilegios tan desigual, que aunque una persona se esfuerce toda la vida no lo va a lograr, porque no le alcanza, porque trabaja de lunes a lunes, porque accedió a la educación más penca de Chile, porque le toca ir a un consultorio mal oliente en donde los alcaldes se roban la plata y las matronas no tienen guantes de goma para atender a sus pacientes, donde el narco se tomó la pobla y donde los profesionales son cesantes ilustrados.
Fallamos porque mantuvimos a una clase política que nos robó, que creó leyes para algunos y nos transformaron en un país aún más desigual que en dictadura, porque ahora duele más, porque nos dijeron que confiaramos en ellos y nos mintieron en nuestra cara.
Veo a los secundarios peleando por intentar lograr un poco de equidad, de respeto y dignidad, pero los tratamos como a delincuentes, desestimamos su opinión por considerarlos "niños", pero el mercado los ha tratado como su mejor cliente, les han vendido una cantidad de nuevas necesidades y parece que ya no es suficiente, parece que están pensando en cosas más importante, están soñando un nuevo país.
Mi padre es una persona que le ganó a la vida, es un ejemplo para mí ya que cuando niño creció en una familia muy pobre, vendió cosas en la calle, trabajó desde pequeño, él y sus hermanos, incluso esa tía que se quiere olvidar de su origen porque ahora es parte de esa elite que cree que todos los que están en las calles son delicuentes, aunque entró a la elite por el patio trasero, ya que no tiene cuna de oro y parece que eso siempre pesa. Ambos se esforzaron, una es más exitosa economicamente que el otro, y ambos son dignos de admirar ya que lograron lo que la vida les había dicho que era imposible, pero ambos se olvidan que mientras más pasó el tiempo, más desigual se volvió el país, porque no todos pudieron estudiar, no todos pudieron acceder a un crédito para iniciar su pequeño negocio de barrio, porque las familias cambiaron y ahora ambos padres trabajan para vivir, porque la droga es dueña y señora, porque los políticos gobernaron para algunos y para ellos, porque estudiar es caro y enfermarse es sinonimo de gasto, mal trato y en muchos casos muerte. Por que en pleno siglo XXI aún hay gente que tiene hambre porque come una vez al día.
Pienso en mi padre que hoy tiene miedo, porque de los 73 años que tiene, ha trabajado 68, eso tampoco es justo, trabaja de sol a sol porque este país le falló, pero tiene más miedo del que protesta que del político que le robó, tiene más miedo del secundario que del sistema de salud que le falla a todos los que él conoce, le tiene más miedo a un saqueo que a la justicia chilena que a él haría que le pasaran un parte por no dar una boleta pero a las grandes empresas que roban a sus ejecutivos los mandan a clases de ética. En definitiva mi padre le teme más a aquel que está cerca que a esos poderosos que realmente nos han jodido la vida. Y con justa razón teme, vive en un país en donde un delincuente mata por 100 pesos, donde Carabineros no va a las poblaciones, donde el politico legisla en favor del delincuente, los jueces son un chiste y donde los poderosos tampoco son castigados, con razón él y yo tememos, pero el miedo se acaba y ahora yo busco la dignidad robada.
En televisión, en los diarios han dicho que los de a pie somos los malos nos tildan de delincuentes, feministas, homosexuales, extranjeros, secundarios, les encanta agruparnos y darnos una categoría que señalar, creando realidades a través del discurso público y claro, el temor se apodera de las personas que ya han vivido mucho y piensan que otra vez la tienen que luchar...parece que es una rueda eterna.
Espero que estos cabros no se maleen a medida que crecen, si el problema es que cuando nos volvemos adultos nos transformamos en seres egoistas, seducidos por el dinero, el placer y el poder, de otro modo no entiendo que no conozca politico o empresario honestamente bueno.
Les deseo lo mejor, buscaré las formas de ayudar para generar cambios reales, no estoy a favor de la violencia, pero soy amante de la historia y sé que así aprendió el hombre a través de revoluciones y levantamientos porque claramente no ha habido época justa, no ha habido momento en la historia en la que la raza humana no muestre su peor cara, pero también creo que debo ser el cambio que quiero ver en otros, hay que asumir la responsabilidad personal y vivir como el protagonista de esta historia y no como un mero espectador.